60 años del rodaje de “Espartaco” de Stanley Kubrick.


Se cumplen sesenta años del impresionante rodaje Espartaco de Stanley Kubrick. Grandes masas de figurantes contratados, impresionantes medios, y como resultado, una de las grandes obras del maestro.

La película Spartacus, Espartaco en el título español, dirigida por Stanley Kubrick, se rodó parcialmente en España. Las localidades elegidas para el rodaje fueron Iriepal y Taracena en Guadalajara; Aldea del Fresno, Venturada, Rascafría, Alcala de Henares, en Madrid; y en la capital, los Estudios Sevilla Films y la propia Casa de Campo. Y sobre todo, Colmenar Viejo, donde se recrearan las grandes escenas de masas y se establece la base del rodaje.

En el verano de 1959 se da por terminado el rodaje de Spartacus en Estados Unidos. En ese punto los productores detectan dos carencias en el film: falta de escenas épicas y de planos “humanizados”. Por eso se determinan las “Added Scenes”, escenas adicionales, a rodar en España. Entre estas los planos generales de masas, los más espectaculares, de la famosa batalla.

En concreto faltaba por filmar el campamento de entrenamiento de los esclavos frente al Vesubio, de día y de noche; los planos de las grandes masas escuchando a Espartaco en la playa; el paso de los esclavos por las ciudades romanas, por los campos, por las ciénagas, por la nieve; la crucifixión de los esclavos; y sobre todo la gran batalla. Todo ello a recrear en exteriores y plató.

A finales de verano de 1959 desembarca el staff de Spartacus en Madrid, con Stanley Kubrick a la cabeza, para rodar las escenas adicionales, instalándose en el Hotel Castellana Hilton, lugar donde se establecerá el cuartel de operaciones. Kirk Douglas estuvo unos días en Madrid, coincidiendo con el rodaje de la batalla, pero sólo en calidad de productor, ya que sus secuencias como actor se ruedan en California.

En total se contrata un equipo de 93 técnicos españoles a los que hay que sumar otro centenar de personas de refuerzo para vestuario, maquillaje y construcción. De igual forma se comienza a preparar la intendencia necesaria para localizar, contratar, vestir y dar cobertura a miles de extras y cientos de carros y caballos necesarios para las escenas de masas. Comenzando por el vestuario, donde se tuvo que recurrir a algún que otro truco ya que era imposible encontrar stock para tanta figuración, hasta 5730 personas diarias en la batalla. El martes 27 de octubre de 1959, se inicia el rodaje. Las grandes masas serían representadas por soldados de reemplazo del Ejército español y por los vecinos de las diferentes localidades.

El grueso de la filmación se centra en Colmenar Viejo, tanto por ser la localización en la que más se rueda, como por ser la base logística de rodaje, el lugar en el que permanece el material durante toda la filmación en España. Se localizan tres parajes fundamentales en Colmenar Viejo. Uno, la finca “La encerrada”, en una colina llamada “Peña del Cerro”, junto a la carretera a Guadalix de la Sierra, un paraje utilizado por el Ejército como punto de observación de maniobras militares y conocido por ellos como “Cerro de la Peña”. Ahí se recrearían las escenas del campamento de entrenamiento del ejército esclavo en el Vesubio. El Vesubio en cuestión sería en esta ocasión el cercano Cerro de San Pedro. Dos, un camino en el paraje “Los Rancajales” en el que se recrea la via de los crucificados. El cercano puente elevado del ferrocarril Madrid-Burgos pasa como un viaducto romano. Tres, la más importante, la finca municipal Navalahija dentro de la Dehesa de Navalvillar donde se desarrolla la mastodóntica batalla. En total, once días de rodaje, más el tiempo de montaje de decorados y tiendas de logística.

Stanley Kubrick, entonces treintañero cineasta, dirigió personalmente la batalla. Diariamente planificaba el rodaje en la Dehesa de Navalvillar, junto a los ayudantes de producción y dirección, Tedy Villalba y José López Rodero, en el Gran Hostal de Colmenar Viejo. Mientras, una de las naves de Fomento en la localidad, en las instalaciones del edificio de la estación de La Maquinilla, el tren de vía estrecha, daba cabida al almacenaje diario del atrezzo y vestuario.

Así lo recordaba Tedy Villalba: “Preparamos el rodaje de la batalla, en el actual Gran Hostal de Colmenar Viejo. Una vez terminaba la filmación todas las tardes, en un bloc de cuartilla, López Rodero, Kubrick y yo, planificábamos la acción como si estuviésemos jugando a los barcos, señalizando por números y colores. Con banderas, en el rodaje dábamos instrucciones, no había radio y las que había entonces eran inmensas. Lo que era siempre importante para coordinarlo y rodarlo, era tener una torre muy elevada de unos nueve metros de altura, inmensa, preparada para soportar el peso de cámaras y equipo, lo cual hicimos”.

Sin duda una epopeya, mover tantos miles de personas, cuando no había posibilidad de multiplicarlos digitalmente… Y el resultado, una de las batallas más memorables de la historia del cine en una de las películas más importantes de la historia, de la que se cumplen 60 años.

 

Nota: para más información consultar el libro “Espartaco. Edición Especial 50 th” coordinado por Víctor Matellano.

 

 

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